Necio o perseverante, ¿cómo debe de ser un emprendedor?

El camino de emprendimiento está lleno de estas situaciones en las que dependiendo el mentor, o nuestro humor del día, podría parecer una buena decisión irnos o quedarnos.

Cuando emprendemos, muchas veces recibimos mensajes cruzados:

“No le tengas miedo al fracaso, pero trata de evitarlo a toda costa”.

El camino de emprendimiento está lleno de estas situaciones en las que dependiendo el mentor, o nuestro humor del día, podría parecer una buena decisión irnos por caminos completamente distintos. Esto sucede especialmente cuando parece que nuestra idea no funciona.

Cuando estamos emprendiendo, y las cosas no van como queremos, pareciera que hay dos caminos completamente opuestos:

  1. Ser perseverante y seguir trabajando, al final del día esto es tu sueño, y tienes que luchar por él.
  2. Aprender a dejar ir y adaptarte al mercado y lo que estás aprendiendo, quizá tu sueño no funciona y hay que cambiarlo.

Verdaderamente me parece una situación difícil. En estos años he conocido emprendedores que fueron demasiado necios y por más que su proyecto parece no funcionar, lo siguen y siguen intentando, hasta el punto que han agotado todos sus recursos y simplemente no pueden avanzar.

Pero por otro lado están aquellos que perseveran, y aunque encuentran dificultades, siguen trabajándolo y adaptándose, y a veces incluso cuando parece que están a punto de perderlo todo, logran despegar y tener éxito con su emprendimiento.

¿Cuál es la diferencia? ¿Cómo podemos darnos cuenta en cuál de los lugares estamos nosotros? ¿Cómo saber si estamos siendo necios o perseverantes?

La mala noticia es que no hay una respuesta simple, no hay una fórmula mágica, de hecho, escribo este artículo no con el objetivo de darles una receta, sino de abrir una conversación.

Seguramente ustedes han conocido a muchos emprendedores que han estado en estas situaciones, o quizá incluso han sido ustedes mismos.

Me encantaría que pudieran compartirnos sus historias y aprendizajes para que poco a poco entre todos, vayamos entendiendo mejor esta situación que puede ser una de las más complejas al emprender, especialmente si verdaderamente estamos enamorados de nuestra idea.

Al final del día, esto siempre será una situación particular y distinta en cada caso, y tendremos que evaluar las condiciones particulares para ver donde nos encontramos.

Algunas características que creo que pueden ayudarnos, y que deberíamos desarrollar como emprendedores son:

1. Humildad

Cualquier emprendedor que esté enamorado de su proyecto ha sentido que es la mejor idea de la historia de la humanidad desde el inicio del universo, sin embargo, tenemos que ser suficientemente humildes para aceptar que nuestra idea puede necesitar cambios o que simplemente no funciona.

Esto no significa que nos vayamos al otro lado de la moneda y a la primera motivación abandonemos nuestro proyecto, más bien habla de la importancia que tiene que aceptemos que también podemos equivocarnos.

2. Capacidad de adaptación

Puede ser que nuestro proyecto si sea una gran idea siempre y cuando modifiquemos algunas de sus características. Como emprendedores tenemos que estar muy abiertos a entender nuestro contexto y las necesidades del mercado para poder evolucionar.

3. Buenas orejas, pero con un mejor filtro

Muchas personas se nos acercarán con una opinión sobre nuestro emprendimiento. Desde mentores, familiares o amigos, muchas veces incluso sin que en realidad estemos pidiendo opiniones.

Cerrarnos a esto sería ingenuo, incluso un poco arrogante (véase punto sobre humildad), sin embargo, dejar que las opiniones de todos nos afecten, es igual de perjudicial. Debemos siempre tener disposición de escuchar y a la vez desarrollar un buen filtro para saber con que tenemos que quedarnos.

Al final del día, no existe una fórmula mágica, lo que tenemos que aprender es que todo debe ser un balance entre escuchar y filtrar, entre adaptarnos y aferrarnos a nuestras fortalezas, entre aceptar nuestros errores y saber cuando estamos en lo correcto.

Quizá ésta es de esas cosas en el emprendimiento que no tienen una única respuesta, sino que sólo podremos aprender en el camino.

Parece un poco cruel, pero sin duda es una de las grandes ventajas del camino emprendedor, pues aunque cualquiera puede equivocarse y fallar, también todos tienen la oportunidad de tener éxito.

Si quieren escuchar más del tema, escuchen esta mesa de discusión en la que participé en Fractal Posible de ForoTV, la cual me inspiró para esta nota.

Compártanos sus historias y sus aprendizajes, para que todos podamos aprender juntos.

Mi columna fue publicada originalmente en Soy Entrepreneur.

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