¿En qué situación conviene cada uno?

Un emprendedor despierta todas las mañanas con su celular ya sonando con las últimas notificaciones. Mientras toma un café rápido, revisa su correo y echa un vistazo al newsfeed de Twitter. A partir de ahí, hay muchas probabilidades que en cualquier actividad que haga, este emprendedor esté al mismo tiempo dividiendo su atención con su teléfono, computadora, una o muchas distracciones al mismo tiempo.

Hay información por todos los lados y en los últimos años la variedad de contenidos y canales ha crecido aún más. Hubo un tiempo, cuando este boom tecnológico recién comenzaba, que decir “soy multitask” era un punto positivo. Adaptarse a este mundo en constante movimiento era una cualidad porque permitía a uno producir mucho más. Pero actualmente el juego cambió y ser multitask ya no está de moda. Varios estudios hablan sobre los maleficios del multitasking, hay datos que comprueban que esta práctica solamente disminuye la productividad y así la gente ha vuelto a preocuparse con el foco y la concentración. Sin embargo, ¿será que en esta historia solo hay un villano y un héroe? Compartimos contigo algunas situaciones para descubrir cuando ser multitasking sirve y cuándo es mejor quedarte con el foco.

Hacer número, sin importar el resultado vs Buscar la calidad, tener atención al detalle

Multitasking vs Foco

Si lo único importante es completar tu checklist, puede ser una buena idea dividir tu atención entre diferentes actividades. Ser multitask implica tocar diferentes áreas en poco tiempo, sin profundizar en ninguna. Así que para situaciones en que lo que más necesitas es generar cantidad, pero sin alta calidad, el multitasking es la habilidad ideal. Por otro lado, para actividades que requieran alta atención a los detalles y un desarrollo más profundo, la única manera de tener tu productividad al 100% es enfocándose. Cuanto más cosas tienes en tu plato, más diluida está tu atención y eficiencia. Así que para un trabajo de alto nível es recomendado estar totalmente centrado en eso.

Un ejemplo práctico: si lo que necesitas hacer es generar muchos invitados para un evento, ser multitask te permitirá invitar a la mayor cantidad de gente posible mientras buscas nombres en tus redes sociales y contactos. Pero si el objetivo es invitar a personas claves para un evento especial, es importante enfocarte en cada contacto, revisar quien es la persona, leer su perfil y descubrir si es el invitado que necesitas.

Tarea difícil vs Tarea sencilla

Es imposible estar completamente enfocado por muchas horas. Algunos estudios indican que una persona normal logra enfocarse solo por cortos períodos de tiempo. La clave es alocar tu tiempo de acuerdo con tu capacidad de foco mientras también tienes momentos de distracción en el medio. Para eso, puedes dividir tu día y tus tareas de acuerdo con tu disposicion para estar concentrado. En un mismo día una persona tiene momentos de alto rendimiento y productividad, así como momentos de desatención y baja eficiencia. Identificar como funciona tu organismo al largo del día te dá indicativos importantes para definir cuando tienes más predisposición para estar concentrado y cuando es mejor dejar el multitasking liberado. Un ejemplo: si sos más morning people, te conviene estar enfocado en completar las acciones más complicadas por la mañana, mientras tareas más sencillas como revisar correos o agendar reuniones pueden quedar para el período de la tarde.

El tiempo es todo vs El tiempo es secundario

Algunas veces, el principal factor en una situación es saber utilizar el tiempo a tu favor. Mientras puedes darte el lujo de dedicar un par de horas en tu agenda a una actividad específica, en algunos momentos no vas a tener otra opción que activar tu habilidad de multitasking para aprovechar mejor el poco tiempo que tienes. Es decir: puedes gastar todas las horas que necesites para armar una excelente entrevista que vas a presentar frente potenciales clientes para validar tu idea de negocio; sin embargo es probable que al momento de hacer la entrevista tengas que dividir tu atención entre la conversación y las notas que estarás haciendo sobre lo que te dice el entrevistado.

Así como saber desconectarte de distracciones comunes como el correo y las redes sociales es importante para potenciar tu productividad, conectar acciones puede también ser productivo siempre que sean acciones que se complementen. Un ejemplo es la capacidad de realizar al mismo tiempo tareas complejas, que requieren alta atención cognitiva, con actividades físicas, más sencillas. Muchas veces salir a caminar mientras piensas en la solución para un problema o escuchar música para redactar un texto son buenas combinaciones de multitasking, que te ayudan a ampliar tus horizontes y ver las cosas fuera de la caja.

Una cosa no quita la otra. Multitasking y foco si pueden coexistir y ser igualmente positivos para tu rutina de trabajo. Un emprendedor que aprendió mucho sobre eso es el argentino Daniel Salvucci. Con una vida bastante movida, Daniel divide su calendario con los diferentes negocios que lidera: un espacio cowork, una pre aceleradora, una comunidad de emprendedores, consultoría para el gobierno… ¿Cómo manejar tantas responsabilidades? “Es una cuestión de convergencia y divergencia. Primero agarro todo lo que tengo ganas de hacer, hasta que en algunos momentos se pone difícil gestionar todo al mismo tiempo, entonces empiezo a converger las actividades”, comenta él.

¿Cuál es tu estrategia para manejar el foco o el multitasking? Compartí con otros emprendedores en nuestro canal en Slack.

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