Por Matías Rojas, co fundador de Socialab y Director de Socialab Latam
Escribo este post con un tremendo dolor en el alma, pero al mismo tiempo esperando que juntos y juntas podamos ver luz al final de este túnel, buscando acciones para cambiar el mundo.
Las mujeres en Afganistán, la crisis migratoria en Chile de la que hemos sido testigos estos últimos días, la violencia en Wallmapu, la crisis socioeconómica en Venezuela, la explosión del narcotráfico en Chile… en fin, dolores que nos afectan a todos. Y ni hemos empezado a hablar del impacto del Covid 19 y la crisis climática. Lo más triste de estás tragedias modernas es que los más afectados son siempre los mismos: los que no pueden defenderse de un poder mucho mayor, niños y niñas, adultos mayores, minorías, siempre los más vulnerables.
Algunos de los que somos suficientemente afortunados para no vernos impactados directamente por estás tragedias, nos sentimos paralizados, abrumados y sobrepasados, posiblemente el sentimiento que más ahonde en nosotros es que somos incapaces de reaccionar.
Si bien no hay receta que nos dé resultados en el corto plazo para resolver estos grandes problemas globales, sí creo que toda persona que decida no mantenerse ajena, indolente y aislada en una falsa burbuja, debe tomar alguna postura hacia el futuro que se nos viene.
Acá les dejo mis sugerencias (totalmente personales y discutibles) para intentar ser un aporte en el siglo XXI:
1. Abrazar la complejidad
Entender y aceptar que el mundo es un sistema complejo, dónde una acción aislada y pequeña puede generar los más inesperados e impactantes efectos. Tenemos solamente el control de nuestras propias acciones, nada más. Los resultados de ellas dependen de muchos e impredecibles factores que no podemos controlar. Por lo que jamás encontraremos una «bala de plata» o una verdad absoluta para resolver un problema.
Abracemos la complejidad asumiendo que somos sólo un grano de arena en la orilla de la playa, pero que al mismo tiempo somos capaces de generar micro cambios que pueden acarrear macro resultados. Bajo la perspectiva de la complejidad, no hay problemas que resolver, si no que sistemas que optimizar.
2. Informarnos bien y cultivar un espíritu crítico
No caigamos más en replicar noticias falsas. Cuestionemos todo y siempre busquemos una opinión contraria a lo que nos tiene más convencidos. Comparemos y hagamos crecer nuestra reflexión, sin paralizarnos y siempre avanzando, pero nunca olvidando que tenemos el derecho a cambiar de opinión. El sesgo de auto confirmación es probablemente uno de los fenómenos más letales para la innovación.
3. No quedarnos callados
Aunque nadie es dueño de la verdad – mejor dicho, todos somos dueños sólo de nuestra propia verdad – las conversaciones con otros son lo que nos hace crecer.
No callemos nuestras dudas, opiniones ni contradicciones. Si bien no estamos obligados a tener una opinión fuerte respecto a todos los temas, eligiendo bien nuestras batallas, sí podemos abrir espacios de reflexión con otros para formarnos entre pares, aprovechando las discordancias para crecer desde el respeto y el genuino arte de escuchar al otro. En palabras de Ken Wilber «nadie es tan inteligente para lograr estar siempre equivocado», todos tenemos algo de razón por más mínima que sea. Aprovechémoslo.
4. Aumentar los espacios de gratuidad
Haciendo crecer las acciones en que damos sin esperar nada a cambio. Desde donar a ONGs que trabajan en la primera línea del impacto (en el terremoto en Haití o apoyando a las mujeres afganas) hasta regalar horas de mentoría y conversación gratuita a aquellos que estén necesitando. Apoyemos y financiemos a aquellos que están actuando en espacios que nosotros no podemos.
5. Fallar rápido y barato
Llevando el método científico a su máxima expresión. Dado que para lo que enfrentamos no existen soluciones predefinidas y probadas, lo único que nos queda es la humildad de saber que no tenemos la respuesta pero que sí queremos buscarla. Eso es la innovación social, entender los problemas desde su fuente para luego intentar múltiples formas de resolverlos todas las veces que sea necesario.
Mi llamado es que podemos y debemos llorar y sensibilizar sin vergüenza las tragedias humanas y ambientales de nuestra época. Eso es un obligatorio punto de partida para lo que viene después. La acción.
Un nuevo mundo sólo puede llegar con nuevos seres humanos. ¿Qué características crees que deberíamos tener estos nuevos seres humanos? Esas fueron las mías, pero también me gustaría saber las tuyas.
¿Qué acciones estás tomando frente a un mundo en crisis?
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Sé que muchos de ustedes pueden estar sintiéndose igual que yo y en Socialab queremos apoyarte para que no te sientas solo ni abrumado durante estos tiempos difíciles.
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