En Uruguay, pese a las grandes habilidades en técnicas textiles que presentan las mujeres artesanas del interior del país, sus condiciones de aislamiento o informalidad del trabajo no les permite generar ingresos estables. Alice Otegui, licenciada en Diseño de modas, identifica la situación como un problema. Al conocer la realidad de hombres y mujeres de Uruguay, Alice reconoce que sus conocimientos y habilidades no tienen el valor ni las oportunidades que deben.
Ante esta situación decide plantear una solución a este problema y así nace Calmo, un emprendimiento de marca de indumentaria femenina y de decoración que emplea a estas artesanas, carpinteros, modistas, para la creación de productos exclusivos y biodegradables, utilizando materias primas naturales, renovables y procesos sustentables.
Este emprendimiento, que validó su idea en Socialab Uruguay en el 2016, tiene como eje el respeto por la naturaleza y las personas, y quiere promover que una nueva forma de hacer las cosas es posible, donde una empresa pueda tener en cuenta el medioambiente y las personas que forman parte de ellas.
El vínculo de esta emprendedora con las artesanas se basa en potenciar la creatividad -valorizando la propia impronta de cada una en el diseño de los textiles- y la experimentación. El modo de trabajo es desde el hogar, impulsando que las artesanas puedan acomodar su vida personal y laboral. Alice busca empoderar a las 10 personas con las que trabaja a través de la auto-realización desde el aspecto laboral.
En el último semestre, CALMO estuvo presente con sus prendas y artículos textiles en 10 locales del país, vendiendo a uruguayos como a turistas, así como también siendo sus productos una opción muy tenida en cuenta para regalos empresariales.
Hoy en día, luego de una temporada positiva, Alice está proyectando su emprendimiento hacia el exterior, con ganas de exportar y llegar a más países y personas.