Emprendimiento: ¿se puede enseñar en las escuelas?

Ahora que me estreno como profesor universitario, me planteo una y otra vez la pregunta: ¿se puede enseñar a emprender dentro de un aula?

Hoy fue mi primer día como profesor en la Universidad Iberoamericana. Este semestre estaré dando la materia de Desarrollo Emprendedor a 18 estudiantes de distintas carreras como Administración de Empresas, Ingeniería Química y Diseño Industrial, entre otras.

Confieso que esto es un gran hito en mi carrera. Como ya he escrito, mi enfoque profesional es generar impacto a través de motivar a inspirar a otros (especialmente a los jóvenes) a convertirse en agentes de cambio que enfoquen su esfuerzo en construir una sociedad más justa.

Estoy convencido de que el salón de clases es un espacio perfecto para llevar a cabo esta misión, ya que ofrece una enorme posibilidad de influir en el desarrollo de los universitarios con el objetivo de darles una perspectiva del impacto positivo que pueden crear con su trabajo.

Por esto he querido dar clases desde hace varios años, y no dudé ni un segundo cuando surgió la posibilidad de hacerlo en mi alma máter.

Hoy me desperté a las 5:30am en uno de los días más fríos de este invierno para poder llegar al salón a tiempo. Aun con mi poca experiencia dando clases, he de decir que considero que mi primer día fue un éxito. Aunque la clase es a las 7 am, los alumnos participaron, tomaron notas, y discutimos un poco, lo que me permitió hacerme una idea de lo que saben acerca del emprendimiento.

Mi nivel de entusiasmo por esta nueva etapa de mi vida es muy alto, igual de alto de hecho, que una gran interrogante que ha surgido ahora que empiezo con la materia de “Desarrollo Emprendedor”:

¿Se puede enseñar emprendimiento?

Me he hecho esta pregunta desde que supe que tendría la oportunidad de dar esta materia, y es que me parece inevitable preguntarse, “¿cómo puedo enseñar en un salón de clase algo que al final del día es una experiencia, y que yo mismo aprendí viviéndola?”.

Gary Vaynerchuk, emprendedor serial y reconocido, inaugura así una de sus conferencias más notorias en una universidad de Estados Unidos:

“Honestamente, creo que el emprendimiento es algo que no se puede enseñar. Algo que suena incómodo en una universidad.” Por un lado, creo que tiene un punto: ser emprendedor no es algo que se puede transmitir de una persona a otra, es una habilidad que sólo puede adquirirse con la práctica; es algo que no se aprende, se hace.

Imagina que te quisieran enseñar a nadar explicándote en un pizarrón cómo son los movimientos. Estoy seguro de que lo único que lograrías cuando te aventaras a la alberca sería hundirte.

¿Cuál puede ser el rol de las universidades?

Por otro lado, he pensado varias veces en las cosas que sí hubiera podido conocer y aprender en la universidad, y que habrían hecho mucho más fácil mi desarrollo como emprendedor.

Considero que la mayoría de universidades no le pueden seguir el ritmo a lo que sucede en el ecosistema, especialmente con todo lo que se ha desarrollado en los últimos años, lo que provoca que cuando salgamos “al mundo real” no sólo no sepamos cómo emprender, sino que ni siquiera aprendemos el lenguaje que se habla en el ecosistema emprendedor ni conozcamos las herramientas que se están empleando, lo que nos pone en una clara desventaja.

Y lo más complicado: algunas veces en las universidades ni siquiera logramos entender lo que significa emprender. Creo que es justo aquí donde puede encajar mi rol como profesor.

La visión que tenía de emprender cuando estaba en la universidad es radicalmente diferente a la que tengo hoy, pero no sólo porque ya me lancé a la alberca y he ido aprendiendo poco a poco, sino también porque ahora tengo una visión mucho más completa del panorama.

Mis alumnos de hoy, al igual que yo cuando era estudiante, ven el emprendimiento como una herramienta para generar negocio, cuyo principal objetivo es tener horarios más flexibles y no tener que responderle a un jefe.

Sin embargo, la realidad es que el emprendimiento es mucho más que eso, y de hecho, esa “flexibilidad” o “libertad” termina siendo uno de los beneficios menos importantes.

Emprender es trascender

Hoy día, el emprendimiento se está convirtiendo en una herramienta para transformar la realidad en la que vivimos. Así, su finalidad trasciende la generación de negocios, consolidándose como una herramienta para el cambio.

No sólo me refiero al emprendimiento social; considero que todo tipo de emprendimiento es una forma de empoderarnos para que cada uno de nosotros pueda escribir sus propias reglas del juego.

Esto, creo, es la lección más importante que puedo transmitir a mis alumnos este semestre, para lograr desarrollar en ellos una visión en la que comprendan que los negocios no son un fin en sí mismo, sino un trampolín para lograr algo mucho más grande.

No tengo duda de que enseñar será una aventura increíble. No puedo esperar para que hablemos de los grandes emprendedores de la actualidad o para enseñarles las herramientas que hoy usan los emprendedores reales, e incluso para que podamos discutir si el emprendimiento social puede generar impacto de manera sustentable.

Pero de lo que estoy más convencido es de que el que va aprender más de toda esta experiencia seré yo.

¿Qué enseñarías tú si fueras profesor de Desarrollo Emprendedor? Me encantaría compartir ideas y poder enriquecer mi clase, ¡cuéntame en los comentarios!

Autor:

Juan Del Cerro.

Promotor del emprendimiento y la innovación social, fundador de Disruptivo.tv y Socialab México, es autor del libro “¿Qué es el Emprendimiento Social?”, síguelo en sus redes: @delcerrojuan

Mi columna fue publicada originalmente en Soy Entrepreneur.

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