La revolución de la inversión colectiva ha llegado

Juan del Cerro te explica por qué en México no necesitamos de un Silicon Valley.

En México fantaseamos con replicar el modelo de inversión de riesgo de Silicon Valley.

Es más somos tan creativos que todo el tiempo nos estamos inventando nombres como Tequila Valley, o nos gustan los titulares como “Guadalajara, el Silicon Valley de América Latina”, y vivimos esperando el momento en el que exista un ecosistema de inversiones de riesgo en el que el dinero fluya a las startups como en California.

La realidad es que en México no necesitamos tener un Silicon Valley, ya que actualmente estamos creando nuestro propio ecosistema de inversiones a la mexicana, el cual permitirá fondear y abrir las puertas a startups que necesiten financiamiento.

En lugar de esperar a que los fondos de riesgo o “Venture Capital” se decida por creer e invertir en los emprendedores, en México hemos decidido tomar el toro por los cuernos y hacerlo nosotros mismos.

Así es, con la apertura de las primeras plataformas de crowdfunding de equity, o de inversiones colectivas en el país, las inversiones se están democratizando, y el poder del capital está ahora en manos de todos y cada uno de nosotros.

Solamente en el último mes, con el lanzamiento de la Serie A de Play Business y las primeras inversiones de Crowdfunder, las dos principales plataformas de Crowdfunding de Equity, se levantaron $9,622,700 de inversión para emprendedores más desarrollados. Capital que vino de 166 inversionistas no profesionales, es decir, personas como tú y como yo.

Por qué son tan importantes las inversiones colectivas

A diferencia del capital que viene de los fondos de riesgo, las inversiones colectivas es algo a en lo que todos podemos participar, y en lo que cada uno de nosotros puede crear un impacto con su dinero.

Esto es algo clave para el ecosistema emprendedor, ya que le quita el poder de decisión a unos cuantos, lo que en automático abre las puertas a cientos de emprendedores y startups que si no fuera por esto, estarían completamente excluidos.

Si bien los fondos de inversión son y seguirán siendo un jugador clave en el ecosistema, depender en absoluto de este modelo es limitante.

Lamentablemente estas instituciones nunca podrán conocer a todos los emprendedores, y aunque así fuera, sus tesis de inversión, los retornos esperados, y muchos otros factores limitarán su decisión de inversión dejando fuera a grandes proyectos.

El ejemplo perfecto me parece Shark Tank México, el nuevo programa en el que cinco empresarios e inversionistas, escuchan el pitch de algunos emprendedores y los entrevistan durante 15 minutos y deciden si invierten o no en ellos.

No tengo el número exacto, sin embargo, es un número limitado de emprendedores el que pudo participar en el programa, y por otro lado la decisión de inversión está solamente en manos de cuatros personas las cuales además tienen un alto poder adquisitivo, y por ende la capacidad de hacer grandes inversiones.

No estoy criticando al programa, de hecho, no es su rol ser un catalizador del ecosistema de emprendimiento en México, sin embargo es un ejemplo perfecto ya que son pocos los emprendedores que tienen la oportunidad de presentarse y conseguir el financiamiento.

Esto no sucede así con el crowdfunding de equity, ya que con las inversiones colectivas cualquier emprendedor puede levantar el capital que necesita y cualquiera puede ser un inversionista.

Los caudillos de la revolución de la inversión colectiva

El potencial de las inversiones colectivas no tiene límites y apenas está comenzando.

Actualmente, existen dos principales caudillos de esta revolución:

En sus dos años de operación, Play Business ha creado la plataforma para que más de 30 emprendedores consiguieran fondeo para sus proyectos, recaudando más de 45 millones de pesos de inversión a manos de decenas de inversionistas como cualquiera de nosotros.

Algo muy interesante es que la mayoría de proyectos que obtienen inversión en Play Business están en etapas tempranas y no requieren grandes montos de inversión, lo que normalmente los excluiría del capital de los fondos de riesgo, los cuales buscan con proyectos con mayor tracción y tickets de inversión más altos.

Incluso ellos mismos, a principios del año pudieron seguir creciendo su plataforma, y de los casi veinte millones de pesos que levantaron en inversión, 25% del capital vino de su propia plataforma.

A sólo dos años de haber comenzado las inversiones colectivas en el país, esta cifra es increíble. Quizá si hubieran lanzado inversión en los próximos años, 100% hubiera venido del público.

Hace dos años, cuando apenas comenzaba la plataforma, tuve la oportunidad de entrevistar a Marc Segura, el fundador, y hoy puedes escuchar su entrevista en mi podcast:

El otro caudillo de esta revolución es Crowdfunder, que en apenas sus primeros meses abrió la plataforma para que Novelistik, un startup que está cambiando la industria editorial lanzara su campaña y levantara $4,350,000 de inversión.

Esta es sólo la primer inversión que se llevó a cabo en la plataforma, y es especialmente significativa ya que justo este proyecto había obtenido respuestas negativas de otros inversionistas más tradicionales.

También tuve la oportunidad de hablar con Crowdfunder, y si quieres conocer más sobre ellos, puedes escuchar nuestra entrevista:

Ya existen otros caudillos que comienzan a entrar a la batalla, de los cuales seguramente escucharemos próximamente como Raisehub, o por supuesto el genial trabajo que hace Fondeadora, el cual si bien no es de inversión, también permite que muchos proyectos se fondeen con un modelo de crowdfunding de recompensas.

La revolución ya comenzó. ¿Te sumas?

La revolución de la inversión colectiva apenas está empezando, y no cabe duda de que vendrá a cambiar la cara del ecosistema de emprendimiento.

Quizá estos números hoy no parezcan tan grandes como son las inversiones de los fondos de riesgo y otras instituciones de inversión, sin embargo tenemos que considerar que estos apenas son los inicios.

Cada vez habrá más emprendedores e inversionistas que se sumen a esta revolución, y poco a poco veremos cómo cada vez son más los emprendedores y los inversionistas que se suman a este ejército revolucionario.

Incluso hoy se está trabajando en una regulación que abra las puertas y facilite aún más las inversiones colectivas, y una vez que ésta pase, y se popularice el concepto de inversión colectiva, no habrá nada que pueda detener este movimiento.

La pregunta es ¿dónde estarás tú cuando esta revolución estalle?

Mi columna fue publicada originalmente en Soy Entrepreneur.

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