Por Matías Rojas, co fundador de Socialab y Director Global de Socialab Latam
Decir que estamos en un punto de inflexión en la historia de la humanidad ya no es sólo obvio, sino que también insuficiente para describir nuestro estatus a nivel mundial.
Las decisiones que hoy tomemos a nivel social, político y empresarial van a modificar los límites de lo posible y definir la cancha sobre la cuál debemos reaprender a convivir las próximas décadas.
En particular desde el sector privado hay una brecha entre el antiguo y futuro propósito de las empresas expresada en una patente falta de una épica común. Así, es mandatoria la renovación de lo que en las últimas 3 décadas fue la “generación de empleos” o “aumentar puntos del PIB” hacia una nueva épica de la que hoy la sociedad puede esperar de grandes corporaciones.
En el grupo de las empresas que quieran mantenerse vigentes la próxima década, la luz al final del camino es clara: maximizar indicadores de paz social y crisis climática acompañado de rentabilidad financiera a través de sus productos y servicios. En otras palabras, innovación social corporativa. Esto sin duda es más fácil escribirlo que implementarlo.
Desde Socialab creemos en el camino del triple impacto como nueva épica pero sabemos que ésta no es suficiente si no se tangibiliza en las acciones concretas de las empresas.
Esto sólo se puede lograr innovando en el camino, porque esas fuerzas disruptivas son claves para cambiar su rumbo, haciendo que la correcta gestión de la innovación sea esencial. Es así como desde nuestra metodología de trabajo sugerimos cuatro principios a considerar para potenciar y hacer eficiente los procesos de innovación dentro de las empresas, desde la acción y el día a día:
Alianzas
“Pastelero a tus pasteles”. No tratar de hacer todo internamente sino que aliarse y generar relaciones comerciales virtuosas con actores clave en sustentabilidad e innovación del ecosistema. En particular, incorporar innovación externa a la empresa – el famoso Corporate Venturing – para potenciar procesos más eficientes y efectivos en vez de tratar de hacerlo todo desde adentro.
Gradualidad
Hemos visto cómo a veces los protocolos de grandes empresas exigen más a una startup que a sus proyectos internos. Además, se les pide en primera instancia volúmenes de producción que son inalcanzables en el corto plazo. Es necesario ser pacientes, flexibilizar y customizar procesos internos con el objetivo de crecer junto a las nuevas soluciones como una inversión a largo plazo que dará frutos en el tiempo.
Incentivos en el lugar correcto
Suena obvio, pero cuando los colaboradores de las empresas deben innovar después de las 6 de la tarde o el fin de semana, no podemos esperar mucho. Es clave lograr coherencia entre los reconocimientos concretos (económicos) y simbólicos (reconocimiento público) para alinear voluntades con ese nuevo propósito transformador.
Cultura
Formar e inspirar a los colaboradores en un nuevo propósito que se hace real y medible en cada decisión en todos los niveles de la empresa es clave para alinear los talentos hacia una nueva épica transformacional.
Ya no se trata sólo de innovar, si no que de gestionar bien la innovación dentro y fuera de las organizaciones.
Estos cuatro principios presentan una base que permite construir una nueva épica empresarial para las próximas tres décadas, esta vez no solo desde las declaraciones públicas, si no que también desde el quehacer del día a día.