Cada vez es más frecuente emprender con sentido

Los emprendimientos sociales nacen con la necesidad de solucionar problemas que afectan a personas en situación de vulnerabilidad

En Uruguay, pese a las grandes habilidades en técnicas textiles que presentan las mujeres artesanas del interior del país, sus condiciones de aislamiento o informalidad del trabajo les dificulta generar ingresos estables. Por esta razón, y de la mano de Alice Otegui, licenciada en Diseño de modas, nace Calmo, una marca de indumentaria femenina y de decoración que emplea a estas artesanas para la creación de productos exclusivos y biodegradables, utilizando materias primas naturales, renovables y procesos sustentables.

El caso de Alice Otegui no es el único. Cada vez es más frecuente que personas decidan emprender pero necesitan un asesoramiento para confirmar que su idea es aplicable. Calmo, como otras iniciativas, encuentra una vía para validar su idea en Socialab, organización que acompaña e impulsa emprendimientos que proponen soluciones a los problemas sociales.

Esta pre-incubadora, presente también en Chile, Argentina, Colombia y México,  realiza convocatorias en distintas temáticas como Salud, Educación, Vivienda, Igualdad de género, entre otras, buscando soluciones innovadoras a problemas sociales dentro de estas áreas.  Luego de un proceso de selección, las iniciativas ingresan a la organización e inician el proceso de apoyo, denominado pre-incubación. “Buscamos que los proyectos puedan validar que la solución que están planteando responden a una problemática social concreta. Trabajamos para que salgan de la pre-incubación teniendo la solución desarrollada y un modelo de negocio definido que los permita ser sustentables. Esto es fundamental: queremos que los emprendedores que apoyamos vivan de su emprendimiento, no que lo hagan en sus horas libres”, explica Paula Mosera, Directora de Socialab Uruguay.

Para Otegui, la experiencia en Socialab le permite saber qué impacto quiere y puede generar, determinar costos, definir su público objetivo y mercado y fijarse metas: “Sin el apoyo de Socialab hubiese sido más disperso y menos enfocado. En los seis meses de pre-incubación me motivaron muchísimo, sobretodo en momentos de dudas. Me dieron herramientas para organizarme y bajar mi proyecto a tierra. El equipo de Socialab me acompañó constantemente, incluso luego de terminada esta etapa y eso es impagable. Siempre están pendientes de los proyectos, dando para adelante”, afirma la Directora de Calmo. Las prendas y cuadros de Calmo, hechos con fieltro, tejidos de punto, lana merino, sedas y linos, se encuentran en los locales de Alium, en Garzón y José Ignacio, La Pasionaria, en Manantiales, o en el showroom en Montevideo.

Los emprendimientos sociales son una puerta  para aquellos que deciden emprender pero con un propósito. Además de obtener un beneficio económico por su trabajo, este camino es una oportunidad para impactar de manera positiva en las vidas de personas en desigualdad y vulnerabilidad.

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